Las capas son como hojas de acetato transparente apiladas. Sirven para controlar el orden de apilamiento de los objetos que forman una imagen.
Si vamos poniendo los elementos en capas separadas resultará fácil controlar, reorganizar y manipular la forma en que están organizados los elementos.
¿Qué ventajas se obtiene al trabajar con distintas capas?
Al trabajar con capas, se puede operar sobre una parte de una imagen, sin que se alteren otras partes de la misma. Esto es muy útil, ya que nos permite realizar cambios en elementos de la imagen sin preocuparnos del resto del diseño.
Una de las principales utilidades de las capas consiste en que cualquier capa se puede posicionar de manera independiente. Es decir, podemos tener una capa con un elemento gráfico y al mover esa capa, podemos situar ese componente en cualquier otro lugar de la imagen, sin que se desplacen otras partes del gráfico.
Al crear distintas capas podemos también realizar efectos sobre las mismas de manera independiente. Por ejemplo, podemos tener un texto en la imagen que está en una capa y luego hacer un efecto de sombra sobre la capa de texto. Como el efecto es independiente para esa capa, el sombreado sólo se aplicará al texto, dejando el resto de la imagen inalterado.
Podemos duplicar una capa y hacerle los cambios que querramos. Si luego no nos gustan los resultados, podemos tirar a la basura la capa copiada y alterada y volver a la capa original de la que habíamos partido sin que haya sufrido ninguna modificación.